“Si yo fuese catalán no tendría más remedio que votar sí a la independencia” (Entrevista a Jaime Pastor)
Josep Casulleras Nualart
[Texto original en catalán: http://www.vilaweb.cat/noticies/jaime-pastor-si-jo-fos-catala-no-tindria-mes-remei-que-votar-si-a-la-independencia/]
Jaime Pastor es profesor de ciencia política de la UNED, de Madrid, y editor de la revista de pensamiento y análisis Viento Sur. Es un político e intelectual marxista, referente ideológico de las izquierdas alternativas en el estado español, y no hace mucho que publicó un artículo de un gran impacto en el diario Público, titulado “Legitimidad y legalidad. Con el derecho de votar el 1 de octubre “, donde criticaba que dirigentes de Podemos llegaran a alinearse con el nacionalismo español dominante en el ataque contra el 1-O. De esto hablamos en esta entrevista.
-Dijiste: ’Si yo fuera catalán, sí iría a votar.’ Qué votarías?<
-Yo no soy independentista, pero reconozco que la vía federalizante que intentó el Estatuto se demostró imposible. Y reconozco que no hay voluntad de un pacto federal por parte de la mayoría de partidos españoles, En este contexto, no tendría más remedio que votar que sí. Sería deseable que el sí a la independencia llevara a algún tipo de pacto confederal o de Estado libre asociado con los diversos pueblos del Estado español; no con el Estado español. Es decir, se trataría de forzar desde Catalunya a abrir el melón del debate constitucional y la apertura de procesos constituyentes. Y, en este contexto, llegar a un pacto confederal. Yo defiendo la opción de la separación para poder negociar entre iguales.
-¿Os sorprendió la crítica de Pablo Iglesias al 1-O?
-Sí, porque creo que esta vez se precipitó, teniendo en cuenta la posición de Podem Catalunya, y el hecho de que todavía estaba vivo el debate de los comunes sobre el referéndum.
-¿A que el atribuyes, el recelo de Iglesias para con el referéndum?
-Hay dos factores. Por un lado, hay un problema de fondo que es que, aunque en Podemos se ha hablado de plurinacionalidad, aún se tiene una visión en la que predomina la idea de la nación española por encima de las otras. Y creo que hay una subestimación de la evolución de una parte importante del electorado de Podemos. Quizás sobrestiman el peso que aún tiene un nacionalismo español poco respetuoso con el hecho de que reconocer la realidad plurinacional significa también reconocer el derecho de decidir. Puede haber pesado un cálculo electoralista frente a la defensa consecuente del derecho a decidir. Quizás pensaban que fuera de Catalunya no se entendería que defendieran la participación en este referéndum. Pero hay artículos y estudios recientes que indican que entre los electores de Podemos hay una apertura creciente que lleva a ser consecuente, es decir, que si, habiendo varias naciones, hay un bloqueo por parte del PP en el ejercicio de un referéndum y se ve que la vía pactada está cerrada, la única clase de referéndum posible es ésta.
-¿Podemos también es prisionero del complejo de no ser suficientemente español?
-Eso pesa. Hay un cierto temor a ser acusados de haberse puesto al lado de los que quieren romper la unidad de España. Este es el discurso que hace Pablo Iglesias, que ellos son favorables a un referéndum pero que defenderían quedarse en España. Hay temor a aparecer contra la idea de la unidad de España. En cambio, vemos que quien más hace para cuestionar esta unidad es el propio PP. Aún pesa más este temor que el hecho de ser consecuentes con la defensa de la plurinacionalidad, y no únicamente en términos culturales como dice el PSOE, sino en términos políticos. Es decir, reconocer Catalunya como un demos diferenciado de España.
-También ha sorprendido el ataque de Alberto Garzón contra el 1-O. Dice que es para legitimar la derecha catalana.
-Desgraciadamente, en Izquierda Unida sigue pesando mucho una cultura que ha sido dominante en el Partido Comunista de España, que es la defensa del derecho de autodeterminación, pero siempre sólo en el marco federal. No se ha terminado de defender el derecho de autodeterminación como el derecho de la separación. Y, por otro lado, en este caso se toma la parte por el todo; se puede ser crítico con el PDeCAT, pero creo que es una excusa. No se puede decir que sólo defenderemos el referéndum si es una izquierda radical y consecuente la que hegemoniza esta demanda. Me parece una idea de la izquierda que en el fondo esconde el peso de una cultura que sigue considerando que hay una nación por encima de las otras.
-¿Tienen desconocimiento de la realidad catalana?
-Un cierto desconocimiento, sí. Vemos que EUiA está dispuesta a participar en una movilización. Es ignorar la enorme pluralidad y diversidad que hay en el conjunto de esta mayoría de la sociedad catalana que reclama un referéndum; si es posible pactado, y si no, poder hacerlo dentro de las posibilidades. Hay sectores que quieren ir más allá de una independencia sin cambiar la situación social en Cataluña y los hay que quieren ir más lejos, como la CUP. Sí, hay una parte de desconocimiento, y la vieja cultura que no ha terminado de despegarse de la idea de una nación de naciones.
-Los comunes en Cataluña también tienen una posición de recelo sobre el referéndum. Hablan de garantías.
-Están pendientes que el gobierno aclare qué censo habrá, qué sindicatura electoral habrá, qué observadores internacionales … Yo veo legítimo exigir más garantías, tantas como puedan ser para que el referéndum pueda aspirar a conseguir el reconocimiento internacional. Mientras tanto, se trata de apoyarlo; yo sería partidario de la posición minoritaria dentro de esta confluencia que es la de apoyar una participación crítica en el referéndum y que se vayan aclarando las cuestiones que no son suficientemente claras. Me parece legítimo que haya dudas, pero no me parece que sean suficientes para no apoyar este referéndum y una llamamiento a participar en él.
-Dice que el referéndum es legítimo y legal.
-Claro. Sí se puede decir eso si entendemos que la jurisprudencia internacional prevalece en las constituciones que dicen que se comprometen a aceptar estos acuerdos internacionales. Pongo el ejemplo del dictamen del Tribunal Internacional de Justicia a propósito del recurso que presentó Serbia por el caso de Kosovo. Es evidente que hay un reconocimiento de que en unas determinadas situaciones, si se hace de manera pacífica, si se han agotado las vías de acuerdo con el Estado del que se forma parte, y si se decide la separación por parte de una mayoría de la sociedad afectada, el referéndum puede tener todas las garantías legales. Ahora, el gran desafío de la sociedad catalana es demostrar que en este referéndum habrá una mayoría que participará./p>
-¿Qué consecuencias tendrá el referéndum en el Estado español?
-Si se hace el referéndum y hay una gran participación, será un golpe importante al régimen del 78. Por eso digo, a los diversos pueblos del Estado que somos críticos con el estado español, que nos interesa apoyar el referéndum. Además, no olvidemos que la pregunta explicita la fórmula de república catalana. Por lo tanto, sería la apertura de una grieta definitiva en el régimen, y no sólo en el Estado autonómico sino también en la monarquía como piedra angular de este régimen. Y deberíamos ver cómo reaccionaría la sociedad española./p>
-¿Cómo reaccionaría?
-Tenga presente que hoy la preocupación de la sociedad española no es la independencia de Catalunya, sino los recortes sociales, la sanidad, la educación ... Ayudaría más aún que, junto con el referéndum, hubiera una determinación para superar los recortes que también ha habido en Catalunya. Ya he visto que se ha aprobado la renta garantizada en el Parlamento y la anulación de las condenas del franquismo ... Si desde Catalunya se demuestra que no únicamente se quiere votar en el referéndum sino que sevimpugnan las políticas de austeridad, la solidaridad fuera de Catalunya con la demanda democrática aumentaría más.
-¿Podría haber una situación de involución?
-Si se impidiera el referéndum por medidas represivas, esto implicaría una involución democrática en todo el Estado español. Vemos como se criminaliza la libertad de expresión, como se recurre duramente al uso del código penal con la ley mordaza, el desprecio a la recuperación de la memoria antifranquista y el proceso de recentralización política; iría en detrimento también del País Vasco y Galicia.
-Es mejor que salga bien ...
-Sí, sí; es que nos jugamos el camino hacia una ruptura con el régimen del 78 y hacia una democratización radical de la sociedad española. O, por el contrario, tomar un rumbo más autoritario.
-¿Qué hará el PSOE?
-El PSOE ha intentado marcar distancias respecto de una posible medida represiva con el 155. No puede cerrar filas con el PP contra la demanda de un referéndum, pero tampoco puede aparecer cuestionando la unidad de España. Y el problema del PSOE es que no tiene credibilidad para poder demostrar que es viable la clase de propuestas que hace. Será importante ver cómo evoluciona la sociedad catalana y como se hace ver en el PSC que se debe permitir algún tipo de reconocimiento del referéndum. Ahora, dentro del PSOE hay posiciones como las de Pérez Tapias u Odón Elorza, que han defendido una ley de claridad al estilo canadiense ... Todavía tienen tiempo de presentar al congreso una medida de urgencia, al igual que hicieron cuando impusieron la austeridad neoliberal. Ahora hay suficiente urgencia para formular la posibilidad de una ley orgánica del referéndum.
-Y después del 1-O, ¿el PSOE no cerrará filas con el PP para preservar la unidad de España?
-El PSOE rechazará el resultado del referéndum si es que no hay una participación multitudinaria. Podría haber una crisis profunda en el PSOE, y habría que ver entonces la posición del PSC. Si el PSOE cerrara filas con el PP se convertiría en una fuerza subalterna del PP, lo que ha querido evitar Pedro Sánchez. Sería el viejo feilipismo el que volvería a salir triunfante.